En el mes de mayo, el CIDIEP dio inicio a la formación integral. Enfocada en artistas que tienen el deseo de transmitir a través de su creatividad un mensaje de paz y esperanza, esta formación le otorga a los estudiantes la oportunidad de enfocarse en un entrenamiento interdisciplinario y complementario de canto, movimiento consciente y teatro, con el objetivo de desarrollar al máximo sus habilidades artísticas y su capacidad creativa inherente.
El filósofo y pacifista Daisaku Ikeda expresó:
«La cultura es, básicamente, universal; es el hálito que anima las actividades de la vida humana. Así como el sentimiento de júbilo pulsa una cuerda de empatía en el corazón de todas las personas y provoca una resonancia armoniosa, del mismo modo la cultura es una actividad humana primordial que ignora las distancias y estremece el corazón de los pueblos más dispares. Creo que esta empatía entre las almas humanas es el punto de partida del intercambio cultural y es, también, el mismísimo fundamento de la cultura.
La naturaleza esencial de esta actividad humana consiste en la concordia y la armonía. Es diametralmente opuesta a la fuerza, especialmente a la fuerza armada. Mientras que el poder militar amenaza a la humanidad e impone un control de índole externa, la cultura surge del interior de la mente humana como fuerza liberadora. Es más, la lógica del poder supone que las naciones con poderío militar y económico conquistarán a las más débiles y pequeñas. En cambio, el intercambio cultural requiere la aceptación positiva del punto de vista ajeno; es condición necesaria que el receptor tenga autonomía. Por fin, el poder militar se orienta a la destrucción, mientras que la cultura se asienta en la creatividad.
Así pues, la cultura representa un fruto perdurable de la vida humana y se apoya en un marco funcional de armonía, creatividad e independencia. El florecimiento cultural es la única vía de liberación y resistencia contra la fuerza militar y el poder político».¹
¹ IKEDA, Daisaku: “Una nueva ruta hacia el intercambio cultural entre Oriente y Occidente”, Discurso pronunciado en la Universidad Estatal M. V. Lomonosov de Moscú, Rusia, el 27 de mayo de 1975.